Desde hace siglos se utiliza el aceite de oliva dentro de diferentes modelos alimenticios. Desde el Paleolítico Superior (12.000 a. C.) se conocen diferentes usos para el árbol de olivo, pero no es hasta el 2000 a. C. que se comienza a utilizar el aceite de oliva en Egipto, siendo posteriormente importado a Creta (Grecia), extendiéndose y convirtiéndose en un ingrediente habitual de la hoy mundialmente reconocida dieta mediterránea.
Sus valiosas propiedades medicinales y beneficios para el organismo humano lo han convertido en una de las fuentes de grasa más saludables que existen, y lo han posicionado como un ingrediente estrella dentro de la gastronomía mundial, siendo consumido en todo el mundo y teniendo a España como responsable del 50% de la producción de este producto, recientemente considerado un superalimento por sus variadas cualidades nutricionales.
8 propiedades y beneficios del aceite de oliva en nuestra dieta
Mejora la circulación
Según algunos estudios realizados, el consumo habitual de este aceite extra virgen disminuye en un 66% las probabilidades de padecer afecciones circulatorias, ya que mejora el riego sanguíneo de las extremidades.
Controla los niveles de colesterol
Resulta un excelente aliado al momento de intentar disminuir los niveles de colesterol de baja densidad (LDL), mejor conocido como colesterol malo. En su lugar, aporta HDL, lipoproteínas de alta densidad que desplazan el malo y sus efectos negativos sobre las arterias.
Ayuda a fortalecer el sistema inmune
La enorme cantidad de antioxidantes que posee este superalimento le permite fortalecer las funciones inmunológicas del organismo. El aporte de nutrientes esenciales hace que se magnifique la primera línea de defensa del cuerpo humano, disminuyendo la incidencia de infecciones, enfermedades crónicas y virus.
Disminuye la incidencia de la diabetes
El consumo habitual de aceite de oliva extra virgen reduce la incidencia de Diabetes tipo II, hasta en un 50%, ayudando a regular los niveles de glucosa al estimular la producción de insulina.
Protege el cerebro
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Temple en EEUU reveló que el consumo de aceite de oliva protege las funciones cerebrales, mejorando la memoria y las capacidades cerebrales, impidiendo el deterioro mental y el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer.
Facilita la pérdida de peso
El número de calorías del aceite de oliva con respecto a otras grasas animales utilizadas en cocina lo hacen perfecto para estimular la pérdida de peso, siempre que se consuma en cantidades moderadas.
Nutre e hidrata la piel
Al contener ácidos grasos de origen natural, junto a vitaminas E y K, permite ayudar en la lucha contra el envejecimiento de la piel, combatiendo la resequedad, ayudando a curar heridas y desaparecer cicatrices ya que acelera la regeneración de los tejidos.
Fortalece el cabello
Puede ayudarnos a mejorar el aspecto del cabello que ha sufrido daño a causa del sol y otros agentes externos. La presencia de ácido oleico lo hace especial para ser incluido en la elaboración de productos cosméticos como jabones. Su aplicación directa sobre el cabello permite revitalizarlo y repararlo de manera inmediata, haciendo que recupere el brillo con facilidad.