La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a las células sanguíneas y la médula ósea, representando una de las principales causas de mortalidad por cáncer a nivel mundial. Aunque se trata de un problema de salud global, la prevalencia de la leucemia varía en función de la edad, la región geográfica y diversos factores de riesgo.
¿Qué es?
Se trata de una enfermedad sanguínea que ocurre cuando la médula ósea produce glóbulos blancos anómalos, que proliferan de forma incontrolable y excesiva.
Debido a la multiplicación de estas células sanguíneas anormales, puede ocurrir una dificultad de producción de células sanguíneas normales, lo que potencialmente daría lugar a complicaciones graves como anemia, infecciones y hemorragias. En simultáneo, las células anormales terminan invadiendo los diferentes órganos.
Según la forma en que proliferan las células sanguíneas anormales, se considera a la leucemia como un tipo de cáncer.
Los diferentes tipos de leucemias se pueden clasificar en función de la velocidad en la que ocurre la progresión de la enfermedad, resultando de lo siguiente:
- Leucemia Mieloide Aguda (LMA).
- Leucemia Mieloide Crónica (LMC).
- Leucemia Linfocítica Aguda (LLA).
- Leucemia Linfocítica Crónica (LLC).
Causas y factores de riesgo
Normalmente, no es posible determinar la causa para esta enfermedad, pues no está asociada a un componente hereditario significativo.
Sin embargo, se han establecido diversos factores de riesgo, entre ellos:
- Haber recibido tratamiento de quimioterapia o radioterapia para tratar otros tipos de cáncer. Esto ocurre porque ambos tratamientos pueden ocasionar cierto nivel de daño celular que podría derivar en lo que se conoce como leucemia secundaria.
- Exposición a tóxicos, sean ambientales o vayan asociados a hábitos negativos como el tabaquismo.
- Herencia genética, pues existen casos minoritarios donde existe un antecedente familiar de leucemia.
En cuanto a los síntomas de esta enfermedad, no existe una lista única, ya que estos pueden variar según el tipo de leucemia que estemos observando.
Algunos síntomas generales incluyen cansancio, pérdida del apetito y de peso, sangrado frecuente de la nariz, fiebre y sudoración nocturna. Además, el dolor de los huesos y la manifestación de anemia, manchas en la piel (petequias) y hemorragias esporádicas, son otros síntomas a tener en cuenta.
Tratamiento de la leucemia
El protocolo de tratamiento para la leucemia se personaliza en función a las necesidades de cada paciente y el tipo de leucemia que padece.
- Leucemia Mieloide Aguda (LMA). Recibe tratamiento de quimioterapia en dos fases, aunque puede incluir una tercera fase conocida como de consolidación.
- Leucemia Mieloide Crónica (LMC). Se trata por medio de la administración de un tipo de fármacos orales denominados inhibidores de la tirosin cinasa (ITC).
- Leucemia Linfocítica Aguda (LLA). Se realizan tres fases de quimioterapia y pacientes con alta probabilidad de recaída, les será indicado un trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical).
- Leucemia Linfocítica Crónica (LLC). No suele requerir tratamiento durante varios años, aunque si es necesario asistir a controles periódicos. Se procede con quimioterapia cuando se considera que la enfermedad ha avanzado.