Es uno de los trastornos psicológicos más frecuente entre un gran número de pacientes. El miedo a enfermar puede convertirse en un verdadero problema, de ahí que lo ideal sea acudir a un especialista para tratarlo lo antes posible.
A la hipocondría también se le conoce como trastorno de ansiedad por enfermedad y, aunque parezca mentira, existe un gran número de personas en el mundo que la padece. Tanto es así, que muchos médicos aseguran que, a lo largo de su trayectoria profesional, han tratado a más de un paciente con este problema.
La hipocondría es fácil de detectar, puesto que las personas presentan una insatisfacción constante sobre su salud, creyendo de manera casi diaria, que siempre están enfermas. Habitualmente, este tipo de pacientes llaman con frecuencia al médico o acuden a la consulta con nuevos síntomas o preocupaciones que, a menudo, son ideadas por ellos mismos.
Al ser un trastorno de ansiedad donde la mente es la principal protagonista, para tratar la hipocondría es esencial acudir a profesionales expertos de este tipo de problemas. Sin ir más lejos, en el Centro de Psicologia Mi Psicólogo Madrid ofrecen todo tipo de tratamientos eficaces para acabar con la hipocondría, así como otras enfermedades relacionadas con el estrés, la ansiedad o las fobias.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la hipocondría?
Como ya se ha mencionado, las personas que son hipocondríacas presentan una preocupación constante por su salud, se observan todos los días, buscando una señal o un cambio en su cuerpo que pueda “confirmar” que padecen una enfermedad grave.
Los síntomas más comunes de este tipo de pacientes son el vivir diariamente con el miedo a sufrir por tener una enfermedad. De igual modo, también tienen un miedo constante a morirse por alguna patología y necesitan acudir al médico con frecuencia para realizarse pruebas y verificar que no padecen ninguna afección. Aunque acudir a estos profesionales para este tipo de pacientes es un arma de doble filo, ya que también suelen tener miedo a ir a verlos debido a que no quieren que les encuentren patologías graves.
También es habitual que los hipocondríacos se observen constantemente, y busquen señales en el cuerpo para que, en el momento que noten algún cambio, piensen que tienen algo malo. Lo normal es que, al encontrar alguna variación en el cuerpo, se asusten más y es entonces cuando aumenta la ansiedad ante la duda de no saber qué se tiene.
Otro síntoma común de este tipo de pacientes es leer y buscar por Internet todo lo que esté relacionado con las posibles enfermedades que creen que pueden tener.
¿Cómo se trata la hipocondría?
Existen diversos tratamientos para este tipo de enfermedad, sin embargo, hay que adecuarlos a cada persona porque la hipocondría es bastante individualizada, a cada paciente le entra ansiedad por algo más concreto, aunque el fin común siempre sea el creer que se está enfermo diariamente.
En base a esto, hay que tener en cuenta que la hipocondría aparece al pensar sin lógica, es decir, este tipo de pacientes basan sus pensamientos en la creencia, la contradicción y la paradoja. Por este motivo, los especialistas buscan desbloquear esta situación haciendo uso en la lógica común.
Un buen ejercicio que se suele realizar con estos pacientes es obligarlos a monitorizarse ellos mismos por un periodo de tiempo determinado, pudiendo ser días o semanas. Cada vez que lo realicen, deben escribir los síntomas que perciben y también, aquellas enfermedades que asocian con esos síntomas.
Después, en cada sesión, se analizará todo lo escrito por el paciente explicando uno a uno todos los síntomas que se ha “inventado”. El hecho de dejar que el paciente tome el control por unos días, puede provocar diferentes efectos.
En primer lugar, la persona consigue tener de nuevo su control funcional y elimina la obsesión y por otro lado, la búsqueda voluntaria de señales y anotarlas irá anulando sus miedos.
Finalmente, hay que decir que este tratamiento no es efectivo de un día para otro, requiere tiempo y dedicación, de ahí que los especialistas añadan pruebas diagnósticas de vez en cuando, para la tranquilidad y seguridad del paciente y hacerle ver que todas esas señales que ha encontrado, son producto de su imaginación.
Muchas gracias por el artículo es muy bueno, a partir de hoy tienen una nueva lectora
Rosa Jimenez