Prestamos para bodas ventajas y procedimiento
Economía

Préstamos para bodas: ventajas de solicitarlo y procedimiento

Que una boda es un motivo para la celebración es algo que no ha variado: cuando se trata de algo consentido y deseado, todo se desarrolla en un contexto alegre y festivo. Lo que sí ha variado, y mucho, es la forma de celebrarlo.

Antes las bodas eran celebraciones más campechanas, sencillas, no había ni tantos detalles ni tanta sofisticación. Ahora, sin embargo, la originalidad y la personalización al máximo son valores importantes. Todo se somete, además, al foco de las redes sociales, que amplifican hasta convertir en viral (en muchas ocasiones) algo que antes pasaba desapercibido. Y que una pareja se sienta expuesta y analizada también le incita a organizar algo bien (lo que no tiene que ser sinónimo de ostentoso).

Prestamos para bodas

En definitiva, como ha variado el cómo, también ha variado el cuánto. Un estudio de Bodas.net, ESADE y Google, que han recogido diferentes medios de comunicación, cifra la media en 20.000 euros, algo que puede variar de forma significativa según la comunidad.

Como muchas parejas no disponen de ese dinero, los préstamos para casamientos se están volviendo más y más populares. Al fin y al cabo, tratándose de algo que es una vez en la vida, nadie quiere renunciar a la boda de sus sueños.

Un préstamo para tu boda: ventajas y precauciones

Pedir un crédito de boda tiene sus ventajas, como recogemos a continuación:

Afrontar todos los gastos. Las bodas de ahora, ya hemos dicho, tienen muchas partidas que considerar: las invitaciones, el lugar de la ceremonia, el de celebración (pueden ser el mismo), los vestidos y complementos, los anillos, el catering, la decoración, el fotógrafo, los obsequios para invitados, la barra libre, la música de la fiesta o, por supuesto, el viaje de novios.

Son tantos conceptos y partidas que controlar que, cada vez con más frecuencia, se recurre a un especialista, el wedding planner, que ayuda a organizar la boda y supervisa que todo sale bien en el gran día, pero que puede subir la media considerablemente.

En todo caso, un préstamo de boda sirve para hacer frente a todos esos gastos.

Asegurar el pago a proveedores. Disponer del dinero sirve para ir pagando a los proveedores a medida que se vayan contratando sus servicios, y que todo quede liquidado cuando la boda haya pasado.

Es cierto que, en muchos casos, las empresas ofrecen flexibilidad a la pareja, hasta varios meses después de su boda, para que puedan pagar en los plazos que consideren convenientes. Esto, sin embargo, tiene un riesgo: que el pago se alargue demasiado por no contar con el dinero que se había pensado, suponiendo apuro.

El préstamo de bodas, sin embargo, va destinado en exclusiva a la celebración, por lo que no se corre riesgo de impago.

Prestamo para tu boda

No depender de la familia. Es mejor no depender de la familia, primero, porque es posible que no tenga una situación tan boyante como pensamos; segundo, porque eso puede implicar que quiera participar en decisiones de calado, sobre los invitados o sobre el lugar de celebración.

La pareja que quiera hacer una boda a su manera, sin injerencias y curándose en salud de las posibles discusiones familiares, puede recurrir a un préstamo para bodas.

Centrarse en disfrutar antes, durante y después. La organización de la boda no debería girar por completo en torno al dinero. Vale que se establezca un presupuesto por responsabilidad, sí, pero tener que hacer cuentas con cada decisión que se vaya a tomar impedirá disfrutar de los meses previos.

Por otro lado, contar el dinero que familiares y amigos han regalado a la pareja después de la boda y descubrir que no está a la altura de las expectativas, puede ensombrecer la Luna de Miel. Un crédito para bodas genera tranquilidad.

Eso sí, antes de solicitar un crédito para contraer matrimonio, hay algunas cuestiones que la pareja debe valorar.

No pedir más de lo necesario. Toda pareja quiere la boda de sus sueños pero, ¿realmente todo lo que han pensado es imprescindible? Es necesario sentarse a pensar, porque hay formas de equilibrar lo que se quiere con lo que se puede. El préstamo o crédito da dinero para gastar, sí, pero luego hay que pagarlo.

Estudiar bien las condiciones. Préstamos y créditos no son una opción para todo el mundo. Una devolución en tiempo y forma que evite penalizaciones por demora y otros riesgos, no parece fácil para quienes no tengan una fuente de ingresos estable, ahorros, patrimonio familiar u otros. Incluso teniéndolo, las condiciones son algo que estudiar siempre.

Financieras para bodas: ¿quiénes son los especialistas?

Las entidades que ofrecen préstamos a plazos y créditos no se especializan en una finalidad concreta, sino que conceden una cuantía para que el cliente pueda gastarla como estime conveniente.

Sin embargo, por las características de su producto y la necesidad de la que hablamos, podemos destacar una opción como Creditea, cuyas características puedes consultar en la web de Loando. Por ejemplo, puedes solicitar 5000 euros en 24 meses, con cuotas de 221,21 euros. La ventaja es la rapidez.

Otras opciones a valorar son Evo Banco, Cofidis y Cetelem, porque aplican intereses aceptables, porque no cobran gastos de apertura o gestión y/o porque permiten personalizar el producto. En cada caso, claro, hay que informarse bien de las condiciones.

La mejor opción sería usar un comparador de préstamos, para poder ver las clasificaciones actualizadas y elegir la financiación más adecuada. Un comparador de préstamos rápidos, que últimamente va ganando popularidad es Loando.

Préstamos para bodas sin intereses, ¿existen?

Aunque algunas entidades ofrezcan buenas condiciones en cuanto a intereses y plazos, todas cobrarán un porcentaje mínimo, por asequible que resulte. Al fin y al cabo, es su negocio.

Prestamos para bodas sin intereses

Otra opción es dirigirte a una gran superficie en la que concentrar varias partidas, como los vestidos, la lista de bodas o incluso el viaje de novios, y financiar la compra. También puedes utilizar tu tarjeta de crédito para ciertos pagos, como la decoración, y fraccionar. Puede que obtengas condiciones más ventajosas, incluso al 0%.

En todo caso, la única forma de asegurarte 0 intereses y 0 gastos de gestión, apertura, etc., es que recurras a un préstamo familiar. Lo recomendable es que esté sujeto a un contrato privado entre particulares sin intereses, lo que evitaría tener luego problemas con Hacienda. Y es que la institución, en su lucha contra la donación encubierta, puede exigir luego el pago de impuestos.

En el contrato, pues, debe quedar recogida la gratuidad del préstamo.

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