La falta de transparencia en el vino es diferente a cualquier otro alimento que ponemos en nuestro cuerpo. Los alimentos envasados tienen etiquetas de ingredientes y nutrición que nos permiten seleccionar los productos que se adaptan a nuestras necesidades. Los alimentos ecológicos se muestran claramente en las tiendas especializadas e incluso en los supermercados. Pero ¿qué pasa con el vino que bebes?
La mayoría de la gente no se da cuenta que, aparte de los sulfitos, es normal elaborar vino con aditivos como goma de celulosa, vejigas de pescado, herbicidas, enzimas y adiciones de ácido.
En general un vino puede contener hasta 60 aditivos que se utilizan legalmente debido a la falta de normativas en el etiquetado de las botellas de vino.
Por suerte hay una nueva generación de viticultores que está elaborando un vino como siempre se hizo, sin artificio ni maquillaje. Vinos libres de cualquier aditivo: vinos naturales.
¿Qué es un vino natural?
Por vino natural entendemos que es vino hecho con uva, sin añadir ni quitar nada a esa uva. El vino natural significa mínima intervención en todos los procesos, tanto en viticultura como en vinificación. Todos los elementos se rigen por una idea de respeto a la naturaleza y al medio que rodea.
No hay pesticidas, herbicidas o fungicidas en la viña y la vendimia es manual. En la bodega no hay aditivos químicos, la fermentación es espontánea (levaduras indígenas), no se filtra y no se clarifica, no se añaden sulfitos o están permitidos por debajo de 40 mg/l. La viticultura convencional permite hasta 60 aditivos y hasta 200 mg/l de sulfitos añadidos.
Un vino natural es más saludable que otros
Según un estudio de UC Davis 2003 las uvas que proceden de cultivo ecológico contienen hasta un 58% más de polifenoles antioxidantes. Hay niveles significativamente más altos de resveratrol, un antioxidante que se encuentra en las pieles de las uvas.
El vino natural al no ser filtrado puede llegar a conservar este antioxidante mucho más fácilmente respeto a un vino convencional.
Hay también que destacar la importancia del glutatión, otro superhéroe entre los antioxidantes. Resulta que es altamente sensible a la presencia de los sulfitos.
El vino natural al tener una cantidad de sulfitos muy inferior al vino convencional tiene la capacidad de retener el glutatión, que no solamente es un antioxidante, sino que es esencial a descomponer el alcohol.
Uno de los factores decisivos a la hora de tomar vino natural, notaras que disminuye el dolor de cabeza que podría darte un vino convencional. Un vino natural es libre de cualquier aditivo químico, por lo tanto la resaca es más ligera por no haber ingerido nada de extraño.
Un vino natural es el fiel reflejo de la tierra de donde nace. Cada añada representa una única cosecha, con el clima y la tierra de ese mismo año que se elaboró.
Tres vinos naturales para empezar a descubrir y probar este tipo de vino
Un tinto: Seleksió es un vino elaborado en Cataluña por Jordi Llorens. Procede de uvas Garnacha. Un vino con fuerte personalidad que satisface los paladares más tradicionales y los más exigentes. Perfecto para una cena a base de carne o para tomarlo solo. Elegancia y tradición en la copa.
Un blanco: Subirat Parent o mejor conocida como Malvasia es una variedad de uva local y muy mediterránea. Este es un vino blanco que nos gusta por sus aromas a naranja, piña, melocotón, junto con algún floral como el azahar. Otro vino blanco de Partida Creus que es totalmente recomendable.
Un espumoso: Bodegas Cueva es una pequeña bodega en la provincia de Valencia donde el viticultor Mariano es especialista en vinos espumosos elaborados con el método ancestral (sin levaduras añadidas). Este Super Tak tiene aromas de lichi y cáscara de limón. Con la presencia de una burbuja fina y amable este vino espumoso es una limonada que apaga la sed en cualquier momento del día.