Todos hemos escuchado a nuestras abuelas decir que las mejillas sonrojadas son un signo de salud. Sí… ¡Pero no! El dulce rubor en la cara no siempre se debe a la buena salud. En ocasiones, al contrario. La llamada ‘cara roja’ es un síntoma de algunas enfermedades de la piel.
Cuidar la piel sensible y roja no es fácil. Se debe tener mucho cuidado de no dañar más las áreas afectadas. Pero, aun así, ¿cuáles son las razones de este problema? Y la pregunta más importante es: ¿cómo nos deshacemos de él?
¿Qué causa las rojeces en la cara?
Las causas pueden ser numerosas, desde estilo de vida, dieta pobre, alergia o sequedad excesiva de la piel hasta rosácea, exfoliación demasiado frecuente o uso excesivo de productos que contienen vitamina A. Los agentes agresivos actúan de manera diferente en cada piel, pero hay varios productos que, sin duda, pueden ayudar a devolverle su salud.
¿Qué productos usar para calmar la piel?
Algunos componentes tienen la capacidad de reducir la irritación y pueden ser la salvación que has estado buscando durante mucho tiempo.
- Ácido azelaico: estos productos minimizarán el problema y también abrirán los poros al eliminar las manchas oscuras, las bacterias y los hongos.
- Niacinamida: desempeña el papel de un antioxidante que reduce el enrojecimiento y mejora la barrera natural de protección. Como beneficio adicional, combate la hiperpigmentación, las arrugas finas y mejora la elasticidad de la piel.
- Ácido salicílico y glicólico: si el enrojecimiento de tu cara está relacionado con el acné, ¡estos dos ingredientes son imprescindibles! Eliminan las células muertas de la superficie de la epidermis, borran los brotes inflamados, suavizan el cutis, aflojan y minimizan los poros. Suena genial, ¿verdad?
- Reemplaza el retinol: para el cuidado de la piel madura, es una buena idea reemplazar este compuesto por antioxidantes y péptidos, puesto que no irritan tanto la piel como el retinol.
- Cosméticos decorativos a base de minerales: contienen dióxido de titanio y óxido de zinc, que absorben la grasa y enmascaran el enrojecimiento sin irritar ni causar granos.
- Ácido hialurónico: estos productos hidratan maravillosamente y crean una barrera protectora que protege la piel.
- Aloe Vera: un extracto sin igual por sus propiedades calmantes e hidratantes. Los productos que lo contienen no solo aliviarán el enrojecimiento, sino que también evitarán que la piel se seque y ayudarán a combatir el acné.
Dermatitis seborreica – Otro problema de la piel
La dermatitis seborreica o la llamada caspa puede extenderse a la cara; no solo está presente en el cuero cabelludo.
Además de las rojeces en la cara, la dermatitis seborreica puede causar descamación alrededor de las cejas, los párpados, el mentón, la zona T alrededor de la nariz y la frente. La cara se ve roja, pero también pueden aparecer escamas amarillas.
En casos más severos, el escote también puede sufrir enrojecimiento. Es bueno usar champús antimicóticos en tales condiciones.
Dermatitis atópica – Piel atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy común, consecuencia de tener piel atópica, que supone la inflamación crónica de la piel en forma de cambios extrínsecos. En la medicina dermatológica, recibe varios nombres, como: eccema hereditario, neurodermatitis, eccema atópico… Pero realmente es más conocida como piel atópica o dermatitis atópica.
La dermatitis atópica es una enfermedad que, a menudo, no se trata adecuadamente, y tiene un gran efecto social y emocional, tanto en el paciente como en su familia. Puede afectar a las actividades diarias, así como a la actividad física de quien la sufre.
Para controlar la enfermedad de forma efectiva y segura, no ignores los consejos de los dermatólogos sobre cómo debes cuidar tu piel o la de aquellos que te rodean. Esto reducirá la posibilidad de empeoramiento, así como la necesidad de tomar diferentes medicamentos.
La meta del tratamiento para pieles atópicas es garantizar el funcionamiento normal de la piel restaurando y manteniendo la humedad, controlando la inflamación y las posibles infecciones subyacentes.
En las etapas agudas, se manifiesta con manchas rojas, secreciones claras y picazón intensa, seguidas de descamación, aspereza de la piel y rasguños múltiples en la etapa crónica. La enfermedad puede ir acompañada de asma bronquial, fiebre del heno, estreñimiento, dificultad para concentrarse e irritabilidad. Las emociones fuertes agravan los problemas de la piel.
Lo que debemos de tener en cuenta es que, ante el más mínimo síntoma de algún trastorno de la piel, debemos consultar de inmediato con un especialista.