El corazón de los Alpes esconde algunas sorpresas que van a encantarte. Aunque puede visitarse durante todo el año, es en la época de navidad cuando más se disfruta de la ciudad de Innsbruck y todos los lugares de interés que posee.
Las actividades son variadas, desde paseos por los mercadillos más curiosos, hasta la aventura de una bajada a toda velocidad por la nieve en la cordillera Nordkett. Todo esto, con la espectacular magia navideña que se refleja en la iluminación de la ciudad y la transforma en un ambiente cálido y lleno de romanticismo.
Senderismo en Innsbruck y sus alrededores
Existe toda una red de senderos en la ciudad y sus alrededores, por lo cual es posible acceder a caminatas de distintos grados de intensidad; existen excursiones ligeras, ideales para compartir en familia, así como salidas intensas a las partes altas de la montaña para conocer a profundidad las maravillas del paisaje alpino.
Las rutas temáticas y naturistas son otra alternativa genial para aquellos que quieren conocer un poco más sobre la historia local, como el “Camino de los Mineros” en donde se puede descubrir un molino de mineral y curiosidades sobre la historia minera del lugar. El sendero de los fantasmas, el didáctico y el ornitológico son otras alternativas disponibles.
Paquetes de esquí para familias
Si buscas diversión en la nieve junto a tu familia, entonces puedes visitar cualquiera de las 9 estaciones de esquí del Tirol con 300 kilómetros de pistas, alrededor de la ciudad.
En ellas puedes disfrutar de descensos con dificultades variadas y otras actividades divertidas para disfrutar en familia, como pistas de patinaje sobre hielo y excursiones en trineo. Todo esto, consigue una experiencia exclusiva, enmarcada por los paisajes nevados más espectaculares del mundo.
Qué hacer en la ciudad y dónde hospedarse
Lo más interesante de la capital de los Alpes es que la oferta de entretenimiento no solo se resume en actividades en la nieve. La familia puede visitar cualquiera de los muchísimos lugares de interés de Innsbruck, como el Zoo alpino, senderos en bicicleta, equitación con ponis, paseos en bote y mucho más.
La plaza Marktplatz, el mercadillo navideño y todas las calles de la ciudad, se iluminan durante el mes de diciembre. Las compras en la calle Maria-Theresien-Strasse son algo que no puede faltar en la agenda.
Además, es importante disfrutar de la gastronomía tradicional y probar el Kiachl (buñuelos calientes) y el Zelten (dulce de frutos secos), entre otras especialidades del lugar.
En cuanto al hospedaje, existe una gran cantidad de refugios y fondas, en las cuales toda la familia puede alojarse y disfrutar de unas vacaciones especiales, en un ambiente acogedor, agradable y caliente.
Los refugios Buzihütte, Umbrüggler Alm y Enzianhütte, son referencia para turistas y locales. Están abiertos en invierno y son realmente placenteros. En ellos podrás sentarte frente a la disfrutar de una bebida caliente, al finalizar el día de aventura en el hielo junto a tu familia.