Con grandes campañas y protestas globales centradas en los dilemas ambientales que están siendo creados por los seres humanos en este momento, es posible que esté teniendo más cuidado al considerar la sostenibilidad de las actividades en las que participa.
Esto se aplica no sólo a los productos que usted compra como consumidor, sino también a los servicios en los que usted confía como empleado o propietario de un negocio. Hay muchas industrias diferentes y diversas a considerar en este contexto, así que por ahora enfoquémonos en una sola: la industria de la impresión.
Para establecer si la impresión es ecológica o no, necesitamos sumergirnos en los diversos materiales involucrados, así como en las prácticas que su existencia permite y fomenta.
Impresoras y tinta
El impacto ambiental de la compra de una impresora variará mucho dependiendo del fabricante que elija y del tipo de tinta que utilice.
Existen clasificaciones de marcas éticas para las principales empresas de impresión, con Brother y Lexmark entre los operadores mejor calificados, mientras que Samsung y HP obtienen malas calificaciones. Actuar con conciencia ecológica a la hora de tomar decisiones de compra puede tener un impacto importante en industrias como ésta, animando a las empresas con peores resultados a limpiar sus actos.
La tinta de la impresora es a menudo increíblemente costosa por derecho propio, además de ser problemática tanto desde el punto de vista de los residuos como de los riesgos medioambientales. Afortunadamente, algunos fabricantes de tintas industriales ofrecen soluciones que le permiten encontrar una gama de variedades eco-solventes y solubles en agua que se están creando teniendo en cuenta la sostenibilidad.
También puede reducir la huella de carbono y los problemas éticos que rodean a la impresión rellenando cartuchos de tinta viejos en lugar de comprar cartuchos nuevos, así como buscando impresoras de segunda mano para el mismo propósito.
Tendencias y Hábitos
Los residuos de papel son un problema real que ha sido objeto de gran publicidad durante décadas. En un contexto empresarial, se aconseja a las personas evitar la impresión de correos electrónicos y documentos a menos que sea estrictamente necesario y que la recogida de residuos sea cada vez más importante como medio para hacer frente a los grandes volúmenes de material de desecho generados por los hábitos actuales.
Sin embargo, incluso en lo que podría parecer un argumento bastante claro, todavía hay espacio para el debate. Por ejemplo, la idea de mantener los datos indefinidamente en forma digital puede parecer más respetuosa con el medio ambiente que imprimirlos para convertirlos en una forma física, hasta que se considere la cantidad de energía que consumen los centros de datos donde se almacena la mayor parte de la información.
En la próxima mitad de la década, una quinta parte de todo el consumo de energía del mundo podría corresponder a los centros de datos. Por el contrario, en cuanto se imprime algo, se puede eliminar y ya no supondrá una carga para los recursos del mundo, siempre y cuando se almacene correctamente.
Es poco probable que el reloj retroceda en estos hábitos, por lo que mientras que la impresión es cada vez menos común, no desaparecerá completamente ni disfrutará de un resurgimiento de popularidad inspirado en la ecología. Siempre y cuando se tenga cuidado de evitar el desperdicio y la impresión responsable, la industria debería ser más sostenible.
