Por suerte para los amantes del cannabis o marihuana, España es un país pionero en cuanto a la legalización del consumo de cannabis con fines recreativos, una práctica que ha llevado a normalizar el cultivo de cannabis.
En muchos más hogares españoles de los que se cree ya se cultiva cannabis de forma casera. Así como hay quien tiene un huerto y siembra sus propias lechugas, hay personas haciendo crecer sus plantas de cáñamo en casa; muchos de manera muy profesional. Las técnicas para hacer crecer una planta de cáñamo o marihuana se han popularizado y cualquiera cuenta con los materiales para cultivar en interiores o en exteriores según sus posibilidades.
Y no solo el cultivo casero se está haciendo muy común, sino que la figura del Club Social de Cannabis (CSC) suma cada vez suma más socios. Sin embargo, hay algunas lagunas legales que conviene mirar para mantenerse informado.
La realidad el cannabis en España
Se estima que cerca del 35% de los españoles han consumido cannabis. Eso significa que al menos uno entre usted, la persona que está a su lado, o yo la haya probado.
Sin embargo, el Código Penal español establece castigos para los delitos de cultivo, elaboración, tráfico y posesión ilícita de drogas tóxicas. Y el cannabis sigue siendo considerado una droga tóxica, aunque es la menor de ellas y por eso sus penas pueden ser tan chicas como 6 meses en prisión en el mejor de los casos.
La buena noticia es que las personas tenemos derechos inherentes por el simple hecho de ser personas (derechos humanos), y dos de ellos son claves para el marco jurídico del cultivo de cannabis en España:
- Derecho a la intimidad
- Derecho a la asociación
Es por esto que el cultivo con fines de uso personal y sin comercialización alguna está permitido, ya sea para fines medicinales o de uso recreativo.
Esta misma lógica es la que ampara la existencia de los clubes sociales de cannabis. No obstante, los clubes tienen un alcance limitado según la Sentencia del Tribunal Supremo nº 484/2015, en la cual se establece:
- Reducido número de socios
- Grupos cerrados
- Consumo personal del cannabis
- Consumo dentro de las instalaciones del grupo
- Nula publicidad
Algunas comunidades autónomas son más flexibles que otras con el accionar de estos clubes y han redactado leyes y reglamentos más amigables para con los consumidores.
Pero no deja existir una ambigüedad pasmosa, pues tal y como reseña El Diario se han dado sentencias absolutorias por la posesión de 14 kilogramos, pero a la vez se han registrados condenas por posesión de menos de 500 gramos.
Cultivo con fines industriales
Aunque España fue pionera en la despenalización del cultivo con fines personales (más por la existencia de áreas grises que por la creación de leyes especializadas), actualmente existen retrasos en el marco jurídico que ponen a dudar a los inversores que quieren sembrar con fines industriales.
Actualmente, menos de una decena de compañías tienen permisos sanitarios para cultivar cáñamo con fines terapéuticos, textiles y de investigación.
Se estima que en total estas compañías han sembrado más de 20.000 hectáreas, pero se espera que pronto se aprueben más de las casi 200 peticiones que el Ministerio de Sanidad tiene en Espera.
Aunque algunos han aprovechado sus hectáreas para hacer cosas ilegales, en términos generales las compañías suelen seguir con los lineamientos.
La ley 17/1967 en su artículo 22 establece que “no se permitirán otros usos de los estupefacientes que los industriales, terapéuticos, científicos y docentes autorizados”, por lo que algunos no entienden porque podrían estar en espera tantas peticiones.
Cabe destacar que el recelo de las autoridades se debe a que estas licencias pueden emitirse con libertad de producir cannabis con niveles de THC superiores al 0.02%. Por lo que la baja supervisión podría llevar a usos indeseados del producto.
La mayoría de las empresas que buscan permisos proviene del sector farmacéutico, esto debido a los prometedores efectos del CBD en el tratamiento de diversas enfermedades. Aunque también hay empresas del sector cosmético e incluso del área textil que consiguen en el cáñamo una fibra resistente y de bajo costo.