La primera visita al dentista de un niño es muy importante para perseverar una buena salud dental, evaluar la situación y chequear que todo funciona de la manera más correcta. Llevar una higiene dental adecuada y monitorizar la evolución de las piezas dentales es crucial en las primeras etapas de la vida, pues incluso llegará a ser determinante a la hora de hacer diagnósticos precoces que eviten grandes problemas en el futuro.
Para ello, lo más recomendado es ir a un especialista en odontopediatría en Sueca, pues son los profesionales que están centrados en las primeras etapas de la salud dental y los que podrán asesorar con mayor exactitud el estado de la boca infantil, teniendo en cuenta sus particularidades.
Cuándo se debe llevar a un hijo/a al odontopediatra por primera vez
La recomendación más habitual de los expertos en odontología infantil es llevar a los niños a su primera revisión tras cumplir un año de edad o, en su defecto, cuando salgan los primeros dientes de leche. Lo común es que la primera visita tenga lugar antes de que se complete la dentadura.
Los especialistas de Clínica Dental Pavía Pardo, que cuentan con un departamento especializado en odontopediatría, recalcan la importancia de acudir antes de los 3 años de edad, aunque no exista ninguna patología. Destacan que esto puede prevenir deficiencias en el desarrollo de las piezas dentales y evitar problemas mucho más graves en el futuro.
De hecho, algunas patologías pueden ser generadas por malos hábitos con el chupete o el biberón, algo que es complejo de detectar a ojos de los padres y madres. También tienen mucha influencia las malas costumbres de higiene o la herencia genética de los pequeños.
Después de esta primera toma de contacto con el dentista, el paciente debe ir a hacerse una revisión anual para supervisar su evolución. Esto será así siempre y cuando no exista ninguna patología o se vea necesidad de tratamiento.
¿Cómo es la primera visita al dentista?
El odontopediatra revisará tanto las encías como los primeros dientes de leche durante la primera visita. De esta forma, se pueden detectar problemas con las mordidas e incluso analizar la crecida de los dientes, por si estos presentan indicios de estar poco alineados. Se debe iniciar un historial de paciente al niño en el que se monitorice su evolución y se tenga constancia de los antecedentes familiares.
Otro de los puntos esenciales en esta primera toma de contacto es el pautado para la higiene dental. Tanto el menor como los padres aprenderán los métodos más correctos de higiene diaria para hacer un buen mantenimiento en casa.
La prevención en el ámbito del hogar va a ser crucial para la buena evolución de la salud dental. En estas edades tempranas, puede que los niños todavía no tengan la autosuficiencia para cepillarse los dientes todo lo que deberían. La familia debe velar porque se haga todas las veces necesarias y siguiendo los métodos de cepillado indicados por el especialista. Cabe destacar que no conviene emplear pasta de dientes hasta cumplidos los 2 años de edad y que los productos deben ser suaves, acordes con la etapa en la que se encuentre el niño.