En la era de la imagen la pornografía está más presente que nunca. Lo que puede ser una válvula de escape muy sana también se puede convertir en un problema, sobre todo si no se educa a los adolescentes en el sexo como es debido.
Cuando se empezaron a adquirir ordenadores en España, a mediados de los años 80, también se puso de moda compartir porno en ellos y lo que parecía una moda se ha convertido en una tendencia que vino para quedarse, ya que al mismo tiempo que los ordenadores se iban perfeccionando la red iba abriendo páginas web porno con contenido erótico de todo tipo.
Hoy el porno se consume online e Internet se ha consolidado como una herramienta sin precedentes para satisfacción de todos aquellos que deseen consumirlo. Existen algunas páginas de referencia como ole porno usadas por personas de todos los sexos y también por los adolescentes que en la mayor parte de los casos se educan sexualmente a través de ellas.
Este es el dato más preocupante de todos, porque muchos jóvenes de 10 a 16 años colman sus apetitos sexuales en la red, algo que en ningún caso favorecerá su vida sexual si sus padres no los guían y educan de forma tanto previa como simultánea acerca de este contenido erótico. Lógicamente, el consumo de porno no es malo en ningún caso, pero debemos de inculcarles que lo que están viendo está todo preparado, es ficción. El sexo en la vida real es diferente en la mayoría de los casos.
A medida que crece la expansión del porno también se crean campañas anti
Por su parte, el consumidor de pornografía actual es anónimo, algo que hace que sea difícil hacer un retrato robot sobre este consumidor que busca entre las distintas categorias porno la que más se aviene a sus fantasías. Datos de la Asociación Psicológica Norteamericana señalan que entre un 50 y un 99% de los hombres y entre un 30 y un 86% de las mujeres consumen porno en la red.
Aunque a medida que crece la expansión del porno también se crean campañas anti. Lo que señalan los detractores de la pornografia es, precisamente, que esta suele recrear imágenes muy distorsionadas de la realidad que pueden afectar el conocimiento sexual de dos cuerpos, mientras que los defensores de este aseguran que el consumo pornográfico sirve incluso para hacer bajar los índices de violaciones, claro que nos estamos poniendo en los casos más extremos.
En EEUU ya se están tomando medidas para que el acceso al porno no sea gratis, algo que a la larga afectaría a todos los países, porque los profesionales del porno como los profesionales de cualquier área de consumo gratuito se quejan y tratan de regular el sector, pero les ha salido una feroz competencia: las plataformas en las que los ciudadanos anónimos cuelgan sus videos pornograficos gratis, muchas veces para alentar aun más sus propias fantasías sexuales.
500 millones de páginas webs de pornografía en la red
Los videos pornos mas vistos no son los protagonizados por las estrellas del porno sino los video porno caseros. Pero consumir porno amateur también puede convertirse en una peligrosa adicción que hace que las personas que lo consumen tengan un manejo muy difícil de su propia sexualidad.
Las consultas de psicólogos y de psiquiatras ya se llenan por ello, incluso hay expertos que señalan que tener un acceso tan fácil a la pornografia va en detrimento de una sociedad sana, ya que las relaciones interpersonales se ven afectadas por ello. Quinientos millones de páginas webs de pornografia son muchas y se estima que son las que hay en estos momentos en la red.
Los sociólogos también han tipificado el consumo actual, lo denominan Triple A engine y se refieren a la accesibilidad, asequibilidad y al anonimato. Advierten que detrás de estas tres As se escribe el futuro sexual de la sociedad, nada halagüeño por lo que respecta a los más jóvenes, educados en este.Los adultos son otra cosa, ya que muchos consumen porno ocasionalmente y les sirve como válvula de escape. El consumo de porno en pareja también es algo muy habitual y muy sano si se hace con mesura, puesto que puede fortalecer la complicidad entre los dos miembros de esta.