Cuando nos planteamos comprar un coche, siempre nos encontramos ante la situación de decidir si deberíamos comprar un coche nuevo o de segunda mano. Esta última idea parece la más adecuada ya que, por un lado, si comprásemos un auto nuevo, pierde mucho valor nada más sacarlo del concesionario y, por otro, existen coches de segunda mano mucho más baratos y en excelentes condiciones. Y aquí está la clave, en identificarlos.
Y es que ningún consejo se ignora con más frecuencia a la hora de comprar un coches de segunda mano que el hacer que un experto lo inspeccione antes de comprarlo.
¿Por qué gastarnos miles de euros en un coches que puede salirnos rana, si con poco más que una prueba de conducción y una mirada debajo del capó podemos asegurarnos una buena compra?
Existen tres razones que suelen disuadir a los compradores de automóviles de dar este paso vital:
- Algunos consumidores no saben que existen servicios que ofrecen peritajes de coches usados disponibles.
- Muchos compradores de automóviles no quieren pagar el dinero extra por una inspección.
- Algunas personas piensan que será una molestia conseguir que el vendedor acceda a una inspección.
Con un poco de planificación, el proceso de inspección puede ser simple, y muy revelador. Si el informe de inspección se satisfactorio, podremos comprar con mayor confianza. Si se descubren problemas, estaremos a tiempo de dar marcha atrás o negociar un precio más bajo que refleje el coste de las reparaciones.
La mayoría de los vendedores permitirán una inspección del automóvil. Si el vendedor duda o se niega, es posible que esté ocultando algo y deberíamos considerar alejarnos del trato.
La inspección previa a la compra es vital
Los expertos coinciden en que los coches usados deben ser inspeccionados por un especialista calificado antes de la negociación final de compra. Cualquier comprador ordinario de automóviles, incluso si tiene conocimientos de mecánica, es muy difícil que pueda valorarlo adecuadamente. Una inspección exhaustiva y profesional será capaz de indicarnos si estamos a punto de hacer una buena compra o nos están dando gato por liebre.
Es preferible contratar servicios de peritaje que cuenten con garaje para una inspección profesional. El mecánico lo colocará en un elevador y buscará evidencia de fugas de líquido debajo del vehículo. Los inspectores móviles no pueden proporcionar este servicio.
Asimismo, inspector de vehículos verificará el desgaste de los neumáticos y las pastillas de freno para que pueda ver si estos costosos artículos deben ser reemplazados.
Idealmente, la inspección debe incluir una prueba de conducción en una ruta que incluya colinas, baches y curvas para revelar posibles problemas de suspensión y de rendimiento del motor.
Los resultados de una inspección exhaustiva del vehículo nos ayudarán a establecer un precio más preciso durante las negociaciones. Que un tercero inspeccione y pruebe el vehículo nos generará confianza y aumentará la seguridad con el vehículo.
Conclusión
Es cierto que, existe un montón de información disponible en la web sobre cualquier modelo de automóvil, pero lo que necesitamos en ese momento es información detallada sobre ese automóvil en particular. Una inspección profesional nos dirá si hay algún problema con ese vehículo o si tiene alguna reparación necesaria, así como los puntos positivos del mismo.
Los vendedores inteligentes también conocen el valor de una inspección de preventa. El hecho de que un tercero confiable analice minuciosamente el automóvil antes de incluirlo en un listado de venta proporciona un extra de confianza adicional a la hora de venderlo. Y, aunque esto sea información útil y le da credibilidad al vendedor, aún debemos insistir en obtener nuestra propia inspección independiente antes de realizar la compra.