En los últimos años, el fácil acceso a todo tipo de juegos gratuitos —tanto desde los navegadores de los dispositivos móviles, como a través de descarga de aplicaciones— ha cambiado la forma en que los jugadores entienden el mundo del videojuego.
Las plataformas gratuitas que ofrecen juegos de futbol o de lógica son cada vez más populares, al igual que las apps que ofrecen una experiencia de juego muy similar solo con descargarlo en el dispositivo. La alternativa a las caras videoconsolas tradicionales es, sin duda, muy tentadora. Pero ¿sabemos realmente cómo se financian este tipo de juegos?
Juegos gratis online: la opción más transparente
En el caso de las plataformas de juegos gratis online que no requieren de descargas para su funcionamiento, el método de financiación suele ser transparente para los usuarios. Estos juegos conllevan el visionado de publicidad tanto antes como durante el juego.
Al ser accesibles mediante el navegador del móvil o el ordenador, funcionan de forma similar a cualquier otra página web y, debido a la normativa de protección de datos, conllevan una política de cookies, que el usuario puede aceptar o rechazar de forma personalizada.
Los permisos de acceso: el precio oculto de las aplicaciones móviles
En el caso de los videojuegos gratuitos descargables, la forma de financiación ya no queda tan a la vista del usuario. En el momento de la descarga, la aplicación solicita permisos de acceso a datos internos del móvil que no siempre están justificados. Dar visibilidad a la ubicación, los contactos o la cámara de nuestro móvil, no siempre es una buena idea.
En el mejor de los casos, esta información sirve para generar anuncios específicos basados en nuestros gustos. En el peor puede llevar a la instalación de malware o al robo de datos personales sin que el usuario llegue a saber exactamente qué permisos ha facilitado ni para qué se están usando.
Las microtransacciones: pagos imprevistos de los juegos gratuitos
Sin embargo, el acceso a datos personales no es la única forma de financiación de los juegos descargables para móviles que puede resultar perjudicial. En muchas ocasiones lo que en principio parece un juego totalmente gratuito esconde una serie de pequeños pagos llamados microtransacciones.
El pago de estas pequeñas cantidades permite desbloquear mejoras y opciones premium o desactivar publicidad. Para que estas mejoras se conviertan en un gasto continuo y necesario, la aplicación las presenta como necesarias para mantener la jugabilidad.
Para potenciar este sistema, los modos de juego gratuitos de estas apps se basan en patrones repetitivos que redundan en una baja experiencia de usuario y generan la necesidad de acabar pagando para jugar de forma cómoda a un juego que ya ha conseguido atraer la atención mediante la descarga gratuita. De esta manera, los sistemas de microtransacciones pueden llegar a generar un alto riesgo de ludopatía.
A diferencia de los juegos descargables que exigen la compartición de datos personales o microtransacciones para ofrecer una experiencia completa, los juegos gratis online se convierten en una alternativa accesible y sin costes ocultos, con una profundidad y calidad gráfica muy similar a la de la mayoría de los videojuegos móviles.