La temporada de verano es realmente especial y divertida cuando contamos con una piscina en casa. Pero cuando comienzan a descender las temperaturas y la brisa otoñal comienza a aparecer, se vuelve necesario comenzar proteger a los niños y las mascotas, además de conservar el agua en las mejores condiciones posibles, alejando de la superficie del agua cualquier suciedad que circule en el ambiente.
Una manta térmica para piscina es la solución perfecta para este caso. Se trata de un cobertor que permite clausurar la piscina y abrirla con total facilidad, manteniendo las condiciones del agua, concentrando la temperatura proveniente de los rayos solares para mantener el agua agradable y además funcionando como una barrera protectora para que los niños y las mascotas pueda jugar en los alrededores sin peligro alguno.
¿Cómo elegir una manta térmica adecuada para tu piscina?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que existen diferentes tipos de cobertores para piscina:
- Cobertores de verano, también conocidos como cobertores solares
- Cobertores de invierno, que permiten un aislamiento fuerte contra la intemperie
- Cobertores automáticos, que incluyen un motor para abrir y cerrar
Cobertores de verano
De estos existe una variedad de modelos y su función principal es mantener el agua aislada de la intemperie, mientras utilizan los rayos solares para concentrar las altas temperaturas y mantener la calidez del agua, convirtiéndose en una de las mejores alternativas para climatizar piscinas durante el verano y con la llegada del otoño.
De esta clase de cobertores, existen varios tipos, siendo el de burbujas uno de los más comunes, fabricado en polietileno de baja densidad y un espesor de 400 micras.
Otras versiones incluyen un refuerzo de rafia, el cual permite alargar la vida útil del cobertor, haciéndolo más resistente.
Los de espuma también son bastante convenientes, dado que sus células cerradas aumentan la capacidad aislante. En los tres casos, evitan la evaporación del agua y permiten ahorrar hasta un 60% en la factura de la calefacción, siendo de uso casi obligatorio para optimizar el funcionamiento de las piscinas climatizadas.
Es necesario tomar en consideración que este tipo de cobertores suele deteriorarse con rapidez durante el invierto, al permanecer flotando en aguas heladas.
Cobertores de invierno y cobertores automáticos
Con la llegada del invierno, las necesidades cambian un poco. Se requiere la clausura de la piscina y la protección del líquido vital, para evitar que la exposición a la intemperie vuelva inútil la piscina para la siguiente temporada.
En estos casos se debe utilizar un cobertor con resistencia al desgarre, y que cumpla con la norma ISO 1421 y UNE 5336. Esto permite minimizar el coste de mantenimiento durante las épocas de otoño e invierno, evitando que proliferen algas y caiga materia orgánica.
Finalmente, los cobertores más avanzados son los de PVC armado tipo persiana, que se abren y cierran de forma automatizada gracias a un mecanismo alimentado por un motor. El inconveniente de este último método de cubrir la piscina, es que su precio es mayor.