Conservar bien los alimentos para que duren más tiempo es una de las principales preocupaciones tanto de la industria alimentaria como del hogar.
Los restaurantes, tiendas y supermercados necesitan métodos eficientes que garanticen que los productos crudos y terminados permanezcan en buenas condiciones durante determinados periodos de tiempo.
Para ello se ha creado una serie de embalajes especiales de características isotérmicas que mantienen la cadena de frío de los productos sin necesidad de frigoríficos. Esto resulta ideal para el transporte y almacenaje de productos frescos.
Tipos de productos isotérmicos
Los contenedores isotérmicos se utilizan en las cocinas de restaurantes en todo el mundo desde hace más de una década. Al igual que en las empresas de catering, servicios a domicilio, pastelerías, heladerías y una gran variedad de negocios que requieren la conservación de productos en determinadas temperaturas.
Los productos más comunes son las cajas isotermicas, el embalaje isotérmico reutilizable, embalaje industrial y acumuladores. Cada uno cumple una función específica dentro de diferentes áreas.
En general, se utilizan acumuladores de frío junto a cajas isotérmicas para garantizar un embalaje eficiente que mantenga la cadena de frío por periodos de 12, 24 y 48 horas.
Las empresas especializadas en la fabricación de esta clase de productos, como Font Packaging Group, disponen de una amplia variedad de tamaños, materiales y precios de cajas isotérmicas y productos relacionados que responden a las necesidades de la industria alimentaria.
La importancia de mantener la cadena de frío en los alimentos
La cadena de frío es el control constante de la temperatura a lo largo de la cadena de suministros de los alimentos, desde su producción hasta su consumo. Esto se realiza con el fin de mantener sus propiedades y garantizar la inocuidad del mismo durante toda su vida útil.
En la industria alimentaria, la temperatura juega un papel muy importante, ya que existe una amplia variedad de alimentos perecederos que requieren de temperaturas específicas para retrasar la multiplicación de microorganismos que pueden estropearlos e incluso causar enfermedades.
En general, la gran mayoría de los alimentos requieren de refrigeración para retrasar los procesos metabólicos de sus proteínas y evitar que los mismos se descompongan.
La cadena de frío se compone de una serie de eslabones que integran el recorrido de los alimentos desde su producción y manejo, hasta que llegan a manos del consumidor final. Cada sector involucrado en esta cadena, se compromete a mantener la cadena de frío, para lo cual deben adquirir equipos especiales y productos específicos como las cajas isotérmicas y el resto de soluciones de transportación y almacenamiento.
En la actualidad, las empresas de transporte han desarrollado complejos sistemas de monitoreo que incluyen vigilancia satelital y termómetros automatizados que registran las temperaturas en todo el trayecto que realiza una mercadería con fines alimentarios.
Así mismo, el uso de indicadores de temperatura en los paquetes se ha vuelto bastante común como una manera eficiente de determinar si un producto se ha expuesto a cambios bruscos de temperatura.