La imagen es una seña de identidad. Y a veces, nos apetece darle un nuevo aire.
Hay muchas cosas que nos diferencian a los seres humanos del resto de habitantes de nuestro planeta. Una de ellas es la capacidad para reconocernos como individuos, lo que nos lleva al asunto del que queremos hablar. El cuidado de la imagen es para muchos una cuestión de gran importancia. Una especie de “marca” personal con la que identificarse. De ahí que hayan surgido montones de looks en peinados, ropa y complementos, entre otros detalles.
Aunque también hay algo que tenemos los humanos que no tienen los animales. Un extraño gusto por cambiar de vez en cuando. A veces, según va pasando el tiempo, nos apetece darle una vuelta a nuestra apariencia. Hay muchas formas de hacerlo, como estas.
Un nuevo corte de pelo
El cabello es una de las partes del cuerpo más proclives a hacer cambios, por una razón fundamental. Si algo no queda como nos gustaría, o si ocurre algún fallo, en unas semanas habrá crecido tanto que podremos volvernos a hacer lo que queramos. De ahí que no haya mucho miedo a hacerse un corte de algún tipo. Y que todo nuevo estilo comience a menudo con este detalle.
El cuidado del cabello, así como el cambio de estilo, es algo que no conoce de géneros. Tanto hombres como mujeres se atreven a hacerlo, aunque en formas distintas. Ellas son más dadas a cambiar de color o peinado, mientras que ellos se atreven a menudo con estilos algo más profundos, como cortes a máquina. Muchos peluqueros le dan mucho uso a su maquinilla Wahl para cambiar la imagen de una manera más o menos profunda. Aunque no quiere decir que no haya chicas que se atrevan a hacer lo mismo, o que más de uno no se tiña el pelo.
Perder algo de peso
Además de cambiar de forma intencionada, a veces es nuestro propio cuerpo el que decide cambiar de aspecto. Cierto es que muchas veces es por nuestra culpa, por ejemplo abandonándonos o dejando de llevar una alimentación equilibrada. Aumentar de peso es bastante frecuente, incluso más a medida que nos vamos haciendo mayores. Aunque también es habitual tratar de hacer algo para evitarlo.
En ciertas temporadas, por ejemplo cuando se acerca el verano, es normal empezar lo que algunos denominan la “operación bikini”. Seguir una dieta para adelgazar 3 kilos puede marcar la diferencia entre poder ponernos el traje de baño del año anterior, o tener que comprar uno de otra talla. Lo cual es de todo menos aceptable.
Detalles con los que adornarse
También a veces es suficiente con utilizar complementos y darle un nuevo estilo a nuestra apariencia. Joyas y adornos como un colgante árbol de la vida, además de estar de moda puede ser lo único que haga falta para mejorar nuestra imagen.
Más allá de simbología y misticismo, motivos por los que es verdad que algunas personas lo llevan, este árbol se ha convertido en un símbolo de elegancia, que se puede encontrar en un sinfín de formas, modelos y estilos. El árbol de la vida puede aparecer en pulseras, pendientes, broches y otro tipo de complementos, como carteras, bolsos o incluso cinturones. Incluso se empieza a ver en otras decoraciones aparte de las personales, aunque este es otro tema.
Lo bueno de los complementos es que se pueden usar cómo y cuando quieras, combinarlos con tejidos, colores y estilos de lo más diverso. Por eso, lo normal es tener una buena colección de ellos, y ponérnoslos según nos vayamos sintiendo. ¿Qué imagen quieres mostrar hoy al mundo?
