El gran problema de la salud dental radica en que la sanidad pública no se hace cargo de ella, ya que ni es entendida como una preferencia ni los medios económicos con los que cuenta el sector público alcanzan a cubrirla. Ante esta situación, el usuario con problemas odontológicos que pretenda solucionarlos se ve obligado a acudir a dentistas privados y entregarse a las tarifas que éstos disponen, que por lo general oscilan significativamente entres los distintos profesionales del gremio.
A partir de un escenario como este, la alternativa más atractiva puede ser contratar los servicios de un seguro dental. Se trata de una opción que nos ofrece un listado de tarifas más o menos proporcionado y ecuánime entre las distintas clínicas, además de facilitar la materialización de ciertas ventajas económicas o descuentos a los que de otra manera sería casi imposible de llegar. Es cierto que esto último irá en función de lo que se pague por el seguro, pero el abanico de posibilidades que ofrecen las compañías es amplio y los precios no suelen ser elevados.
A continuación, os mostramos algunos de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta antes de dar el paso de contratar un seguro dental, pero para recabar más información al respecto es aconsejable recurrir a Seguratis.
Información transparente
En primer lugar, toda la información referida al contrato, las coberturas, las propiedades o las cláusulas de un seguro dental ha de ser transparente, específica y bien delimitada para así conocer exactamente a qué nos enfrentamos y evitar sorpresas desagradables de última hora. En este sentido, algunos de los aspectos concretos que que orbitan en torno a esto y que hay que dejar bien cerrado son por ejemplo, los tratamientos a los que tenemos derecho, el importe que deberemos abonar o saber en qué situaciones la póliza no se responsabiliza de determinadas intervenciones. En definitiva, una lectura de las condiciones no debe generar ningún tipo de duda.
Hasta dónde llegan las coberturas
Otro de los puntos vitales a la hora de hacerse con un seguro dental es asegurarse de hasta dónde llegan las coberturas, ya que de esto va a depender toda la asistencia que podamos recibir en momentos necesarios. Por lo general, la mayoría de estos seguros incorporan coberturas elementales como limpiezas, extracciones o radiografías, entre otras. Sin embargo, si el usuario decide aumentar la tarifa de su póliza, ésta llevará consigo un mayor número de coberturas, más sofisticadas y completas, como pueden ser las endodoncias o los implantes. Lo ideal es acordar bien todo esto de antemano para tener la certeza de qué hemos contratado exactamente.
Clínicas que abarca
También hay que analizar adecuadamente el conjunto de clínicas dentales que abarca el seguro contratado, ya que es preciso saber cuál es su ubicación para así estimar si nos conviene por cuestiones de distancia y desplazamiento. De igual modo, es recomendable contratar una póliza que tenga un amplio menú de profesionales a su servicio, para así contar con la opción de poder elegir el que mejor se ajuste a nuestras necesidades.
La prevención
La prevención supone una herramienta muy ágil en estos casos, puesto que a través de ella podemos evitar problemas dentales mayores. Es aconsejable consultar si la póliza incorpora este tipo de tratamientos, ya que hay algunas de carácter básico que no los incluye entre sus productos ofertados. En este caso tal vez sería necesario pagar un extra para poder acceder a un tratamiento preventivo, y en función de eso ya valoraríamos si nos merece la pena o no.
El periodo de carencia
Otro de los elementos fundamentales es el periodo de carencia. Se trata del tiempo que ha de pasar entre la firma del seguro y el acceso a la asistencia dental, ya sea de forma íntegra o no. Es una medida que se pone en marcha para que el paciente no pueda contratar exclusivamente un tratamiento que le interese y acto seguido abandone la póliza. En este caso, hay que informarse de cuánto dura ese periodo de carencia y reflexionar sobre hasta qué punto nos interesa.