La aromaterapia es un tratamiento curativo holístico en el que se emplean extractos de plantas naturales para estimular la salud y el bienestar general. Se utilizan aceites esenciales aromáticos con el fin de mejorar la salud mental, corporal y espiritual.
Origen de la aromaterapia
La aromaterapia se ha utilizado durante miles de años. En las culturas antiguas de China, Egipto o India incorporaban componentes de plantas aromáticas en resinas, bálsamos y aceites para utilizarlos con fines médicos y religiosos.
La destilación de los aceites esenciales se atribuye a los persas en el siglo X, aunque esta práctica puede haberse llevado a cabo mucho antes de este periodo.
La información sobre la destilación de aceites esenciales se publicó en el siglo XVI en Alemania, pero el término “aromaterapia” lo acuñó el perfumista y químico René-Maurice Gattefossé en un libro que escribió en 1937.
Escribió el libro tras haber descubierto el potencial curativo de la lavanda a través de su uso en una quemadura que sufrió.
¿Cómo actúa la aromaterapia?
La aromaterapia actúa a través del olfato y la absorción cutánea con la ayuda de:
- Difusores de aceites esenciales
- Aceites, cremas y lociones corporal para masaje o aplicación tópica
- Compresas frías o calientes
- Mascarillas
- Aceites de baño
- Combinación de varios
Por lo que se pueden diferenciar dos formas principales:
Inhalación
Los aceites se evaporan en el aire mediante el uso de difusores o baños de vapor, entre otros. Además de proporcionar un aroma agradable la aromaterapia con los aceites adecuados puede ayudar a desinfectar las vías respiratorias, descongestionar o aportar beneficios psicológicos.
La inhalación de aceites esenciales estimula el sistema olfativo y la parte del cerebro que está conectada con este. Las moléculas de los aceites entran a través de la nariz y la boca y pasa a los pulmones y, de ahí, a las demás partes del cuerpo.
A medida que las moléculas alcanzan el cerebro afectan al sistema límbico que está relacionado con las emociones, el ritmo cardíaco, presión sanguínea, respiración, memoria, estrés y el equilibrio hormonal. De esta forma, los aceites esenciales pueden tener un efecto sutil, pero holístico en el cuerpo.
Aplicación tópica
Los aceites de masaje, los que se encuentran en los productos cosméticos o se incorporan al baño se absorben a través de la piel. Masajear el área en la que se aplica el aceite puede estimular la circulación y aumentar la absorción.
Es importante destacar que los aceites son sustancias muy concentradas que pueden ser irritantes al contacto directo con la piel, por lo que deben diluirse previamente en un aceite vegetal o producto portador.
Es aconsejable realizar una prueba de tolerancia cada vez que se quiera probar un nuevo aceite esencial.
Para ello, es suficiente con añadir una gota del aceite sobre el antebrazo y dejar actuar durante 24 horas. Si no se muestra ninguna reacción cutánea debería ser seguro utilizarlo.
Es posible mostrar reacciones alérgicas a ciertos aceites. En este caso debe de abstenerse de su uso.
Algunos de los aceites más conocidos y utilizados son el aceite esencial de lavanda, patchouli, naranja, limón, geranio, jengibre, lemongrass, romero, ciprés o eucalipto. En base a sus cualidades y la afección que se desee tratar puede utilizarse de forma tópica o ambiental.
En la actualidad existe una gran variedad de aceites esenciales con características y propiedades únicas que pueden combinarse para obtener efectos sinérgicos. Sin embargo, es importante hacer un uso adecuado de ellos y acudir a especialistas para evitar efectos adversos.