Para muchas familias españolas, la famosa cuesta de enero se alarga hasta febrero, marzo o incluso más allá. Hay muchos factores que contribuyen a ello, y que vemos a diario en las noticias: un crecimiento estancado, los salarios que no se mueven, los alquileres al alza, la precariedad laboral, la temporalidad, y un largo etcétera. En estos meses donde es fácil que aumenten mucho los gastos y se produzcan descubiertos bancarios, una opción para mantenerse a flote es recurrir a un préstamo fiable para esa necesaria inyección de liquidez hasta la siguiente entrada de dinero en casa.
El primer objetivo para ahorrar es no entrar en descubiertos ni demoras
Un descubierto bancario es una situación temida e indeseada: números rojos en la cuenta. Le puede pasar a cualquiera, incluso con una gestión de gastos puntual, puesto que puede aparecer un recibo o factura de última hora o con un error que dispare el importe. También con los cargos de una tarjeta de crédito o con el pago de algún préstamo.
Cuando se produce esta situación de descubierto, el banco “presta” la diferencia al cliente, y ese importe se convierte en una deuda. Ahí el banco puede aplicar automáticamente alguna comisión como la comisión de penalización por descubierto (normalmente un 4%), una comisión por reclamación de posición deudora (en caso de reclamación del pago), más intereses por cada día que se mantenga.
Situación similar se produce en caso de demora o impago de una cuota de un préstamo o de una deuda vencida de tarjeta de crédito, donde los intereses pueden ser incluso superiores. Los descubiertos, impagos y demoras pueden acarrear otras consecuencias, como la inscripción a registros de morosos que impidan el acceso a financiación futura de cualquier índole.
¿Cómo evitar estas situaciones y pavimentar el camino hacia el ahorro?
En estos casos, pues, es muy recomendable ser precavidos y anticipar gastos para evitar descubiertos o demoras, ya que son situaciones que pueden ser muy costosas para el cliente. En primer lugar, con una correcta gestión de ingresos y gastos. El Banco de España recomienda no endeudarse en préstamos ni créditos más allá del 35% de los ingresos mensuales netos.
En segundo lugar, existen maniobras como la reunificación de deudas, que pueden pacificar una situación de posibles demoras o impagos en caso de tener varios frentes abiertos cada mes. Mediante la contratación de un único préstamo personal, se utiliza el dinero para saldar todas las deudas pendientes y mantener así una única cuota más baja a más largo plazo (evidentemente, a un mayor coste en intereses).
Es recomendable, asimismo, intentar dedicar un 5-10% de los ingresos mensuales netos a una cuenta de ahorros o a una cuenta online sin comisiones de las que se han popularizado en los últimos meses, donde guardar ese saldo que puede ser de ayuda en momentos puntuales o imprevistos.
En un país como España, donde la tasa de ahorro es inferior por unos cuantos puntos a la media europea, cada granito de arena cuenta y existen productos que ayudan a ahorrar y crear un colchón para esos meses más duros.